LA LEYENDA QUE NOS INSPIRA

Cuenta la leyenda Yekuana que Medatia fue el primer guerrero que se marchó al cielo en búsqueda de una solución para vencer a los malos espíritus: el hambre, la tristeza y la enfermedad, controlados por Odosha. Ellos se volvieron dueños de todo porque Odosha había sembrado el odio en la tierra, expulsando a su hermano de luz, Wanadi, quien se fue llevándose consigo todos los sabios.

Medatia un buen día dijo: “el mundo está lleno de espíritus de Odosha, solo Wanadi, el Dios de la Luz, puede ayudarme a salvar a los hombres de estos espíritus”. Así pues, Medatia se montó en el banco y empezó a volar por la sola fuerza de su querer. Al llegar  por encima de las copas de los árboles se encontró con su primera prueba: la casa de los vientos.

La casa de los vientos trataron de impedir su paso. Sin embargo, Medatia con astucia aprovechó el soplido de los vientos y siguió volando todavía más alto. Llegó a otra casa, esta vez la de los hombres tijera, igualmente con inteligencia logró que se enfrentarán entre sí y aprovechando su discusión siguió.

Medatia continuó su viaje y se topó con un enemigo aún mayor, la mujer jaguar, esta intenta enamorar a Medatia. Él la envuelve en su propio juego y jurándole amor logra quitarle las garras y seguir su camino. Ya había escapado de los más terribles espíritus de Odosha pero le faltaba el obstáculo más poderoso, un pariente del mismo Odosha, Nuno (la luna roja).

Empieza la persecución de Nuno tras Medatia, cuando finalmente lo atrapa, Medatia vuelve a poner en práctica su astucia e inteligencia y engaña a Nuno haciéndolo caer hasta la laguna.

Finalmente, Medatia llegó al centro de los mundos donde se encuentra un río en calma. Allí termina la tierra y esta la encrucijada donde se encuentra un camino negro y otro blanco, y escogiendo el blanco llegó a la casa de los espíritus buenos y los seres sagrados.

Allí Medatia fue visitado por varios sabios. Inicialmente los dueños del canto, quienes lo enseñaron a oír y hablar las lenguas de otros mundos, pero debía cambiar su garganta. 

Más tarde se cruzó con los sabios de la vista, quienes le lavaron los ojos con jugo de jengibre y ají bien caliente, de esta manera si hablaba con un animal podía ver como un animal. Luego la gente Murciélago, dueños de las maracas, le regalaron una, pero esta no tenía wikiri, los cristales que la convertirían en una maraca mágica.

Medatia salió en busca de los cristales, así llegó a uno de los lugares más mágicos del cielo, el lago sagrado Akuena. Ahí se encuentra con la mariposa Mahewa, quien le ofrece beber del agua, pero le pide que tenga cuidado con el pez eléctrico, quien lo toca y causa su muerte. Mientras el cuerpo de Medatia se hundía en el lago, su espíritu viajó hasta llegar a un lugar donde el wikiri flotaba, entonces lleno su maraca con los cristales del cielo e hizo sonarla.

Los pájaros sagrados le dicen que la solución está en la fuerza de su querer. Que con la fuerza de su querer comparta todo, que con la fuerza de su querer cuide a sus amigos, de igual forma, que con la fuerza de su querer de todo, así verá su risa y nunca entristecerá. Por último, le devuelven su cuerpo.

Así, hace mucho tiempo, bajó Medatia a la tierra, nos liberó de los espíritus y le enseñó a otros, que enseñaron a otros... Con la fuerza del querer.